… y como he llegado yo a esto

Procedo de una familia de empresarios…

Mi abuelo Valentín Bayón, por el año 1948, decide abrir nuestra actual empresa Bayón, siendo por entonces una pequeña tienda ubicada en el centro de la ciudad y que centraba su actividad en la venta de productos para caballero, señora y un poco de niños, productos muy vendidos en la época.

Mi abuelo enferma y son mis padres quienes se tienen que hacer cargo de aquel negocio, empezando ellos la especialización en el sector infantil, y son ellos quienes dan a conocer Bayón por sus criterios de distinción en el sector.

A finales del año 1997, recuerdo que subo al entonces despacho de mi padre y le pido un «millón de pesetas» de entonces para abrir una página Web. Recuerdo como me miró con cara de asombro y me preguntó; «pero tu realmente crees que vas a llegar a vender algo a través de una pantalla de ordenador?. No crees que es mejor que te dejes de fantasías y te dediques a ayudar en las tiendas?»… Pero insistí e hice todo lo posible para hacerle ver que aquella idea de entrar en Internet donde meteríamos todo nuestro catálogo, podría llegar a ser un gran negocio que nos hiciera vender mas que en las entonces 3 grandes tiendas de Bayón. La cuestión es que conseguí que me diera el tan ansiado millón de pesetas, pero a los 5 o 6 meses ya se me había gastado y no había vendido nada.

Primer Problema!!!. Tengo que subir de nuevo a su despacho y pedirle otro millón mas… en caso contrario de nada habrá servido los esfuerzos e «inversión» y sin duda la «bronca» sería mayúscula!… volví a subir, efectivamente se manifestó la «justificada» reprimenda, pero accedió a facilitar mas dinero para el proyecto…

Nada significativo se vendió hasta que por el año 2003, existiendo ya un pequeño departamento de Internet que formábamos una becaria (actual directora de atención al cliente en Bayon.es y yo), recuerdo que mi padre entró sobresaltado, apagando mi ordenador sin reparos bruscamente al desconectarlo de la red eléctrica, por lo que le pregunté bastante asustado, ya que nada de esa actitud entendía, que cuales eran los motivos para tal acción, y NUNCA se me olvidará su respuesta; «no quiero que vendas mas, porque has saturado los almacenes de pedidos y no pueden tramitar todos»… por lo que el pensaba que apagando mi ordenador «la Web desaparecería de la red» y ningún cliente, al menos hasta encontrar una solución, podría comprar…

Una anécdota graciosa y verídica, que refleja los difíciles comienzos de una Web que por entonces, mas aun en un entorno excesivamente marcado por el comercio tradicional, supo salir adelante y adaptarse a las necesidades de, no sólo el CLIENTE, si no no menos importantes; de la EMPRESA.

Sin duda alguna, la escuela que me marcaron mis padres, ha sido condicionante para alcanzar los objetivos empresariales en el presente.

Desde entonces he recorrido un largo trayecto empresarial marcado por éxitos y fracasos…

Fundador de diferentes plataformas online, empresas de inversión privada, consultor de Internet, etc.